Los inspectores de Educación realizan tareas de supervisión general y otras tareas especializadas, que requieren un conocimiento profundo del conjunto del sistema educativo, conocimientos de organización escolar y de derecho administrativo, experiencia y criterios específicos, así como el dominio de técnicas e instrumentos de evaluación y otras habilidades profesionales específicas.

ADIDE-Federación entiende que la especialización tiene un carácter funcional, que se ha de articular a través de la organización interna de las diferentes Inspecciones territoriales. Cada Administración educativa competente define los ámbitos de intervención general y especializada de la Inspección educativa a través de sus regulaciones concretas y de sus planes de trabajo generales o específicos. Creemos que no deben establecerse especialidades de inspección con carácter general para todo el Estado por medio de norma básica.

Es conveniente que los efectivos de la Inspección de Educación cuenten con una formación inicial y una experiencia docente diversa, además de una formación específica necesaria para el ejercicio de la profesión.

ADIDE-Federación defiende el criterio de distribución y asignación de zonas de inspección atendiendo a las necesidades de supervisión general de centros, programas y servicios, sin perjuicio de contar con el apoyo de especialistas (preferentemente inspectores o, en el caso de no disponer, de otros cuerpos docentes) para las intervenciones que requieran un alto grado de conocimiento especializado, a través del trabajo en equipo o las formas de colaboración que las Administraciones educativas competentes establezcan.